lunes, 28 de mayo de 2007

A modo de introducción.

"Yo Galileo Galilei, abandono la falsa opinión de que el Sol es el centro (del Universo) y está inmóvil. Abjuro, maldigo y detesto los dichos errores." Galileo Galilei.

"...tanto el tiempo como el espacio son finitos en extensión, pero no tienen ningún límite o borde..." Stephen Hawking.

Sinceramente, no entiendo y nunca entenderé el por qué de ciertas cuestiones. Me parece que la supervivencia de ciertos modos de vida está en la prevalecencia de éstos y complica a lo revolucionario, lo nuevo, lo extraño y oculto. Pero nunca uno se detuvo a pensar si "lo otro" es mejor que "lo nuestro" o si "lo nuestro" es lo equivocado.

Las nuevas posturas siempre fueron crticadas por los que no la entienden y no lo digo yo, lo ha dicho la historia. Desde Platón hasta Hawking, y no creo que termine ahí.

Ahora bien, no solo es el hecho de criticar o tratar de refutar a toda costa "lo otro", sino imponer una forma de vida, pensamientos o acciones en la que nosotros no vivimos ni actuamos. "Lo que hay que hacer es seguir a la mayoría, porque la mayoría no se equivoca" dicen algunos, pero pensemos que las revoluciones nunca salen desde la mayoría. No hablo de las revoluciones sociales solamente (aunque trate de no nombrarlas sería complicado evitarlo), sino de todas las revoluciones. ¿Acaso la luz como la conocemos hoy en día no apareció en un simple laboratorio de 2m x 2m?

Es complejo ser una minoría, pensar lo que cierta gente ignora o detenerse en cuestiones que no tienen importancia para los demás o ignorar lo importante de otra forma de pensamiento. Sé que mucha gente me entenderá pero mucha más nunca lo hará o tratará de intentarlo. Podremos ser criticados, tildados de extraños, nos tendrán envidia y tratarán de evitarnos. Pero siempre que mantengamos nuestra forma de pensar podremos llegar a hacer nuestra propia revolución.

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