miércoles, 30 de abril de 2008

Empezar a actuar.

Cada vez que miro todo lo que está pasando, no... No pasando en realidad. No me gusta nada de lo que veo. Pasado, presente, pasado, presente, pasado... Ya no hay nada, absolutamente nada y no entiendo.

Siempre me consideré un tipo curioso, siempre busqué el por qué de las cosas y hasta no encontrarlo no paré. Y cuando se trata de personas, más todavia. No puedo no entender el por qué de ciertas formas de actuar, formas que a mi entender son totalmente ilógicas o formas que no se condicen con el momento que uno está viviendo. Son estas cosas las que no me dejan volver a ser un pseudo yo. Digo un pseudo yo, porque nunca más voy a ser el mismo de hace un par de años, o varios años. Ese pibe que no le importaba nada y se llevaba el mundo por delante.

Lo que fui, lo que soy... Hay días que no sé quién soy, hay otros dias que no se en dónde estoy
y hay otros en los que nada sale de mí. En parte fue bueno asumir que el viejo yo no va a volver, no me aliento a buscarlo tampoco. Pero es difícil convivir con el nuevo cuando recien empiezo a conocerlo.

En fin, por algo hay que empezar. Así que miro para adelante, pero con un espejo retrovisor en la frente. Sabiendo quien fuí, pero no quién me espera...